Urtica urens L. Ortiga menor
Familia Urticaceae
Su nombre
Viene del latín “uro” que
significa abraso o quemo por los pelos urticantes, también del latín “urere” (arder)
Antiguamente
se la conocía como la “hierba de los
ciegos” porque hasta estos las reconocían solo con tocarlas.
En el
lenguaje de las flores significa “crueldad y difamación”
Origen De Europa y África en la actualidad
se encuentra distribuida por todo el mundo.
Descripción
Hierba anual de hasta 80 cm, hermafrodita, flores masculinas y femeninas
en el mismo racimo aunque a veces
separados. Con tallos cuadrangulares. Hojas opuestas ovales o lanceoladas,
cordiformes en la base y aserradas en el borde de unos 4-7 cm de longitud. La
raíz es carnosa y perenne. Tanto las hojas como el tallo están cubiertos de
pelillos urticantes.
Florece en
verano y fructifica entre verano y otoño.
Las más
frecuentes son la Urtica dioica
conocida como ortiga mayor o verde y la Urtica
urens conocida como ortiga menor. Las dos crecen juntas a veces.
E la Península
y Baleares existen cinco especies de ortigas.
Exigencia Suele habitar en terrenos
abandonados, escombreras, herbazales, arcenes, algo húmedos. Prefiere suelos
nitrogenados, se la considera mala hierba.
Usos
Con sus tallos se fabrica una especie de cáñamo y se ha utilizado para
la elaboración de tejido fino, sacos, velas de barcos y cuerdas.
Los tejidos fabricados
con la ortiga son suaves, brillantes y
agradables al tacto, se blanquea bien y aguanta la humedad, pero duran poco.
También es
una excelente planta tintórea pues puede teñir los tejidos en varios colores:
amarillo pajizo, pardo o pardo verdoso, dependiendo del mordiente utilizado.
Ya en la
antigua Grecia y Roma usaban “la urticación” que consiste en golpear con una rama de ortigas, consiguiendo
así cierta estimulación sexual, por aumentar el calor corporal y excitar la piel lo que solían hacer antes del acto
sexual.
En Marrakech,
utilizan las semillas de algunas ortigas como afrodisiaco, mientras otros
recomiendan la utilización de vino de pasas con simientes para el mismo
propósito.
Su infusión
se emplea como insecticida y abono.
Sus tallos
han servido para fabricar papel.
Han sido
cultivadas como verdura en Escocia.
Se ha
consumido en ensaladas, rica en vitamina C, también como verdura preparándose
igual que las espinacas, en forma de puré
y también en tortilla. Para evitar los pelos irritantes se deja secar, escaldándola o cociéndola, pero no se debe consumir en grandes
cantidades por contener muchos nitratos.
Por su alto
contenido en hierro es apropiada para personas con anemias.
Se la
considera un superalimento.
Un plato
famoso es la crema de ortigas.
Ramírez, nos
cuenta que con el agua de la decocción de sus hojas y raíces se blanquean manos
y cara. Con hojas frescas machacadas se prepara una mascarilla facial.
Sus rizomas
cocidos con vinagre se usaron contra la caspa, seborrea y la caída del cabello.
También se prepara una infusión de ortiga y romero para dar brillantez al
cabello.
También se ha
usado como alimento de aves de corral.
Propiedades medicinales
Aunque no
son muy conocidas sus propiedades es una de las plantas que más aplicaciones
medicinales posee.
Los baños
con sus tallos y hojas estimulan la circulación.
Por la
presencia de secretina la hace muy útil para estimular secreciones estomacales,
del páncreas y de la bilis así como los movimientos peristálticos del intestino
por lo que tiene propiedades diuréticas,
digestivas, hepáticas, laxantes y galactogenas (que aumentan la producción de
leche a las madres lactantes)
Ayuda a
hacer la digestión, combate la ictericia, mejora la circulación y favorece la
eliminación de toxinas.
La medicina
homeopática utiliza azotes de ortiga en los riñones para recuperar el vigor
perdido de los hombres a determinada edad.
Ejerce una
acción depurativa general y excretora del ácido úrico. Se utiliza en
tratamientos de gota, reumatismo, diabetes y erupciones cutáneas.
También es
adecuada en obesidad, colesterol, hipertensión, artritis, problemas de tiroides y acidez de estómago.
El doctor
Leclerc la considera muy buena como hemostática, recomendándola en toda clase
de hemorragias, como vasoconstrictor y la
uso con buenos resultados para tratar la hemofilia.
Antiguamente
lo usaban como hemostático en
hemorragias uterinas, hemorroides y en emplasto contra hemorragias de heridas.
También contrarrestan
la acción alérgica que algunos moluscos y crustáceos que producen en algunas
personas urticarias.
El jarabe,
el zumo y la tintura de ortigas dan muy
buen resultado en el tratamiento de eczemas, empeines y otras afecciones cutáneas.
Se la
considera entre las plantas más hipoglucemiantes junto a la Centaurea aspera y el Vaccinium myrtillus .
Se emplea
como tratamiento de la arteriosclerosis, es también desodorante, colorante y
reconstituyente.
Su polen
produce algunas alergias.
La infusión
de sus hojas es usada para combatir el estreñimiento, mientras que las raíces
lo son para la diarrea.
Las últimas
investigaciones han descubierto que los principios activos de sus raíces,
actúan sobre algunos de los factores que hacen aparecer la Hiperplasia benigna
de próstata HBP y además no presenta efectos secundarios
La ESCOP (European Scientific Cooperative on Phytotherapy)
recomienda el uso de hojas de ortiga en casos de molestias reumáticas e
inflamaciones en vías urinarias. Asimismo la utilización de la raíz en
enfermedades de la próstata impidiendo su crecimiento y formación de enzimas,
aumentando el flujo y volumen de orina, disminuyendo la cantidad de orina
residual. Estos resultados se han conseguido después de estudios con animales y
más de 10000 personas.
Los
principios activos de las hojas impide la formación de antígenos.
Sus pelos
urticantes pueden causar lesiones en piel como enrojecimientos y ampollas.
Algunos recomiendan frotar la piel con hojas de Malva silvestre, Sedum sedifirme, Sedum álbum, Rumex
patientia, menta y mastranto “Ortiga
me quemó y mastranto me sanó”.
Componentes El líquido urticante de sus pelos
contiene histaminas, 5-hidroxitriptamina y acetilcolina.
En las
hojas: aminoácidos, flavonoides, derivados del ácido cafeico y minerales como
el hierro.
La raíz
contiene: fitosteroles, lecitina, lignano, taninos y polisacáridos
hidrosolubles.
Aceite esencial:
rico en cetona 38%, ésteres 14%, alcoholes 2%
Carotenoides:
beta caroteno 2´95%, xantofilo epóxido, licopeno, violaxantina
Ácidos fórmico
y acético
Vitaminas: ácido
pantoteico, vitamina B2, vitamina K, y ácido fólico
Historia
Fue cultivada en el antiguo Egipto para fabricar tejidos.
Antes de la
introducción del algodón era la principal planta textil en Europa. En el norte
de Europa conseguían las fibras de las ortigas, así en el siglo XVI Oliver de
Serres nos habla de las bellas telas de ortiga.
En la
antigua Grecia y Roma se azotaba con ortigas debajo del ombligo, riñones y
nalgas de los ancianos para que volvieran a tener el vigor perdido por su edad.
Plinio nos
cuenta como en Roma los plebeyos las hervían como las espinacas y las vendían
en los mercados.
Dioscórides
nos dice: “Majadas y metidas con su zumo
dentro de las llagas hace restañar la sangre que sale de ellas. Hace tornar a
su lugar la madre salida a fuera, solamente tocarla. Tomada con miel sirve para
que no pueda ressollar sino estando enhiestos, y es útil al dolor de costado, y
a la inflamación del pulmón. Su zumo administrado en forma de gargarismo,
reprime la inflamación de la campanilla” La recomendaba en emplasto para sanar
mordeduras de perros, llagas sucias o malignas, los tolondrones, los diviesos y
otras apostemas.
Laguna
escribe: “La simiente y la hoja tienen
fuerza notable de resolver, y son algún tanto ventosas: por do suelen incitar a
la luxuria”
Se
acostumbraba a fustigar la espalda con ramas de ortigas, lo que provocaba
sensación de calor que ayudaba a aliviar los dolores del lumbago y ciática
En la Biblia
se hace referencia a las ortigas en Isaías 55.13, Ezequiel 2,6 y Sofonías 2,9
El escritor
Rabelais nos cuenta en el siglo XVI como era utilizada la “urticación” como
medio de excitación sexual.
Durante la
Primera Guerra Mundial, en Alemania y Austria, ante la escasez de algodón, se
utilizó fibras de ortiga mezcladas con
algodón para fabricar todo tipo de ropa.
Leyendas y tradiciones Se cree que si se sueña con que te ha picado
una ortiga es señal de un próximo triunfo.
Los romanos
la consagraron a Donar, dios del trueno, quizás de ahí venga la costumbre de
quemar ortigas en las tormentas y así protegerse de los rayos.
Se han
utilizado como amuletos contra los maleficios.
Existía la
creencia de que si alguien orinaba en el mismo lugar durante algún tiempo,
creía una ortiga.
Los antiguos
curanderos creían que se debían recolectar cuando el sol estuviera en Leo o la
Luna en Géminis para curar enfermedades si se recogía cuando la Luna estaba en Escorpión
daba coraje y valor en las batallas, por lo que era llevado como amuleto por los
soldados. Eso mismo recomendaba Paracelso,
médico y alquimista del siglo XVI.
Se solía
azotar a las gallinas con ortigas en el vientre, para que se pusieran cluecas y
así empollaran los huevos.
Según Huxley,
las mujeres griegas se golpeaban con ortigas para mortificarse en recuerdo de
los sufrimientos de Cristo.
En
Transilvania y Moldavia, las hermanas de la novia entregaban al novio un ramo
de ortigas para que fustigara a la novia en la noche de bodas para que fuera
cariñosa.
Se cree que
potencia el apetito sexual por lo que se la considera como símbolo de la
lujuria.
Antiguamente
aplicaban hojas de ortiga en los genitales de los jóvenes que se masturbaban,
pues creían que la masturbación provocaba muchas enfermedades cancerígenas.
Los
curanderos de la Edad Media sumergían una mata de ortigas en el orinal de una
persona enferma. Si después de un día la mata se secaba, se moriría; pero si
permanecía verde se curaría pronto.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario